Los arcángeles Michael y Raphael, convencidos de que Xena jamás será llevada al infierno voluntariamente, están discutiendo que hacer cuando son interrumpidos por un atractivo, prepotente y ambicioso arcángel. Dice que él llevará a Xena personalmente hasta el infierno y dirigirá las tropas de ángeles que la mantendrán allí. Él aparece en la taberna de Cierne justamente cuando Gabrielle y Eve están inspeccionando la humeante boca del infierno y les dice que la boca no se cerrará hasta que Xena descienda hasta el submundo y tome el trono de Mephistopheles. Mientras tanto, una joven mujer, Aliyah, ofrece sus servicios a una extrañamente irritable Xena. Mientras la chica le agradece a la Princesa Guerrera por haber ayudado a la gente de Amphipolis, Gabrielle y Eve se aproximan al atractivo arcángel, quien sujeta a Xena y la lanza hacia la boca del infierno. Al liberarse Xena, y derribarlo, él se presenta como Lucifer. Xena está a punto de atravesarlo con su espada cuando Eve le recuerda que no puede matar a un sirviente de Dios. Así que, Xena lo ayuda a levantarse y lo escolta aparte, como si fueran viejos amigos.
Una preocupada Eve le dice a Gabrielle que un canceroso mal está formándose en el corazón de Xena y está destruyendo su alma. De vuelta en la taberna de Cirene, Gabrielle y Eve le advierten a Xena sobre el mal que se está apoderando de ella. Con una sonrisa maliciosa, Xena revela que su plan es convertir a Lucifer en Rey del Infierno, mostrándole lo mucho que le gustaría el lado oscuro. Para preparar la trampa, ella hace un romántico picnic con Lucifer, durante el cual ella flirtea con él de manera descarada. Apelando a la vanidad y a la lujuria por el poder del arcángel, Xena le sugiere que se quede en la Tierra para gobernar con ella. Mientras tanto, grandes cantidades de personas llegan a las puertas de Amphipolis cuando Eve, Gabrielle y Aliyah se dan cuenta de una muchedumbre que está rodeando a dos guerreros. Gabrielle corre para intervenir y queda sorprendida al ver a Virgil patear y golpear a una indefensa y joven mujer. Eve rápidamente se da cuenta que Virgil y otros de la muchedumbre hambrienta de sangre, está siendo contaminados gradualmente por el mal. Ella le dice a Gabrielle que la boca del infierno es como un imán, trayendo a la gente a Amphipolis y alimentando su lado oscuro para crear un Infierno en la Tierra.
Esa noche, Lucifer esconde una daga bajo la cama de Xena antes de que Xena comience a seducirlo. Cuando las cosas se ponen calientes, Lucifer toma la daga pero se sorprende cuando Xena, habiendo anticipado su truco, rápidamente lo desarma y pone el cuchillo en su garganta. Cuando Xena lo suelta, él se molesta muchísimo. Mientras tanto, Virgil, cuyo su corazón cada vez se pone más oscuro, le insiste a Gabrielle y a Eve que lo lleven con Xena para ofrecer a sí mismo para su misión. Eve está colocando una pancarta Elijian en el templo cuando una muchedumbre dirigida por Virgil entran con Xena en hombros. Ella anuncia que le van a dar a Lucifer una gigantesca fiesta. Cuando Eve va a reclamar, Gabrielle, cuyo corazón se empieza a poner negro, la golpea hasta dejarla inconsciente. Una celebración comienza. Xena y Lucifer son levantados por los bebedores de la fiesta, quienes aplauden mientras Xena vierte brillante aceite dorado sobre ellos.
Lucifer rápidamente es cegado por la lujuria y justo cuando Xena y él están apunto de hacer el amor, Michael y Raphael aparecen con su escuadrón de ángeles guerreros. Una intensa batalla se lleva a cabo entre Xena, Gabrielle, Virgil y los arcángeles y Xena es finalmente forzada a ir al borde de la boca del infierno por Michael y Raphael. Lucifer de repente cambia de bando y arremete contra Xena, pero ella rápidamente lo gana de nuevo con sus poderes de persuasión y los dos salen de la batalla sin un rasguño. De vuelta en la taberna de Cyrene, una celosa Gabrielle regaña a Xena por no haber lanzado a Lucifer al portal. Al entrar Lucifer al cuarto, Xena explica que manteniendo el trono del Infierno vacío, ella y Lucifer asegurarán que el portal se mantenga abierto, y unirá los reinos del Infierno y la Tierra, los cuales ellos dominarán juntos. Convencida de que Xena necesita ayuda, Eve alcanza a su madre y la toca en su corazón, sacando parte de la oscuridad allí. Xena retrocede y después le ordena a Lucifer que mate a Eve.
Eve corre por su vida, perseguida de cerca por Xena y Lucifer. Ella llega al templo, donde se sorprende de ver a Virgil. Preparada a resistir la violencia, observa dos espadas en la pared, pero es tomada por Gabrielle mientras Xena llega. Eve manda a Gabrielle a volar y se las arregla para tomar las espadas, pero Lucifer carga contra ella y la golpea con fuerza. Justo cuando está a punto de acabar, Xena, para sorpresa de todos, interviene y lo desarma. Cuando Xena admite que lo engaño, Lucifer es consumido por la ira y su corazón termina de ponerse negro, causando que se transforme en un demonio. Xena lanzó su chakram, lanzando aceite y muchas velas para crear una pared de fuego. Mientras el portal se abre hacia ellos, Xena golpea al candente Lucifer dentro de un pozo sin fondo.
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