Sinópsis
El rey Sísifo, a punto de morir, traza un plan para engañar y atrapar a Celesta, la muerte. Cuando la llama que ésta porta se consuma completamente, ella dejará de existir y la humanidad recibirá el don de la vida eterna. Hades, preocupado por su hermana, recurre a Xena para que libere a Celesta. Xena es consciente, tal como le ocurre a Gabrielle al encontrar un campamento de moribundos que no encuentran el reposo, de que eso supone la perpetuación del sufrimiento y, por tanto, decide acceder a la petición del señor del inframundo. En el camino, Gabrielle conoce a un chico (Talus) que trata de ayudar a los que sufren y Xena, consciente del peligro que correrá, la deja con él en un hospital improvisado. Mientras Xena intenta acceder al castillo, Gab descubre que si su amiga toca o es tocada por Celesta, morirá al instante y corre a advertirla en compañía de su nuevo amigo, que vivió muchos años en el castillo y lo conoce bien. Como dificultad añadida, un señor de la guerra al que Xena tuvo que matar en combate (Toxus) los sigue a todos de cerca, consciente de que la liberación de Celesta supondrá su fin. Tras múltiples percances, Xena y la esposa de Sísifo consiguen convencerlo de que libere a su cautiva, pero justo en ese momento Toxus aparece y toma a Gab como rehén. Mientras Xena se enfrenta a él y a su ejército de aún-no-muertos, Sísifo libera a Celesta, que hace su trabajo y se lleva a todos los individuos de la sala que deberían estar muertos, incluyendo a Talus, que siempre había sabido el destino que le esperaba con la liberación de la muerte. Antes de partir explica a Gabrielle que lo importante es vivir una vida plena a pesar de todo.
(Cris)
Subtexto
En este episodio, Xena parece celosa ante el flirteo de Gabrielle con Talus, de lo que hay varios ejemplos. Aparte de esto, cuando la muerte desaparece, Gabrielle le dice a Xena: "Si le dices a alguien que le querrás siempre, significará eternamente."
Gabrielle le pregunta a Xena qué opina de Talus, y ante su falta de entusiasmo, empieza a ponerle por las nubes. Ante esto, Xena le corta, diciendo: "Está bien, está bien, es más que agradable."
Luego, ya en el palacio de Sísifo, Xena parece darle a Talus algunos consejos acerca de Gabrielle, como tratando de desanimarlo, diciéndole: "Cuando a Gabrielle se le mete algo entre ceja y ceja, poco se puede hacer. Te darás cuenta muy pronto." Parecen consejos de un ex-novio a quien le ha quitado el puesto, como avisándole de que no es oro todo lo que reluce.
Cuando se entera de que Talus va a morir, Xena le dice que eso hace su trabajo más difícil, pero sonriendo. Su única preocupación parece ser por Gabrielle, temiendo que la noticia le afecte, de lo que se da cuenta Talus.
Al fin, cuando a Talus se lo lleva la muerte, Gabrielle se vuelve hacia Xena, abrazándola y llorando sobre su pecho.
(Ignacio Seligra)